Padre

Padre, he venido a hablar contigo ,tu estás muerto y yo estoy vivo.
Pero eso no impide que tu me escuches ,y no es necesario que
me respondas; ya que no te haré preguntas solo marcaré hechos.
Tu enfermedad me alejó de tu lado ,tu cerebro y tu corazón no
trabajan en armonía ,cada uno por su lado iba minando tu salud.
Yo veía por tus ojos que sabias quien te hablaba :Yo tu hijo.
Yo sabia que entendías y sino lo repetía :Yo tu hijo.
Nuestro diálogo terminó cuando te arrancaron de mi lado.
No padre ,no fue la muerte .Fue la maldad que creyó que era dueño
de tu vida y de tu sino.¿Quien se atrevió a hacerse dueño de tu
destino, sin consultar a este hijo?
Te llevaron de mi lado ,te arrastraron por urgencias y hospitales.
! Oh padre !,Yo te conozco bien ,el miedo viajaba contigo .En tus
momentos sanos ,cuando preguntabas por mi ,te engañaban.
Fueron tantas las mentiras que escuchaste en tu vida, que a esa
edad la mentira y la verdad se mezclaban como la sal en el mar.
Y tu temías ,parte muy grande de tu vida fue un constante temor.
! Quien sabe a que temías ! ¿Quien sabe quien te inculcaba a ese
miedo atroz?
Durante un tiempo ,que te tuve cerca ,escuchabas mis anécdotas y
yo escuchaba tus historias .No recuerdo en que momento tu cerebro
y tu corazón dejaron de coordinar .Tu corazón fue enfermo muchos años,
pero tu cerebro funcionaba para los recuerdos ,para la política para la
anécdota.
! Lástima padre ! Que no viste el engaño ,que no me buscaste, que no
me pediste ayuda para combatir la maldad.
Padre, tu estás muerto y yo estoy vivo y es por eso que no puedes
contestar.
Pero no te preocupes ,padre, mientras yo esté en la tierra seré tu
guardián ,como un perro rabioso que a nadie dejará en paz.
**Padre**
Mario Beer-Sheva