Las Raíces

**Las Raíces**

He recorrido muchos caminos, en cuarenta años de bagabundeos y hoy
que ya he regresado, quiero contarles la experiencia del no olvidar.
En el viaje he conocido gente, que nunca he de olvidar, y otras mejor no hablar.
Como el marinero que en cada puerto deja un amor, yo en cada pueblo llenaba
mi corazón, con amistad, con experiencia, y mis alforjas reían o lloraban,
según la ocasión.
Mi guitarra y yo nunca volvimos al mismo lugar. Teníamos la cábala de no volver al mismo lugar, y así conocíamos nuevos amigos, nuevos paisajes y,
porque no, nuevos amores.
Los años, como es costumbre, fueron pasando y nosotros vivíamos sin pedir
nada más.
La guitarra, la música, el poema, el vino y las muchachas, que alegraban nuestros días y nuestros amaneceres, hasta que el sol, en lo alto, alumbraba
el día. Magnifica vida, a no negarlo .Hoy extraño aquellos años, que nada tenía,
salvo la guitarra que era mía.
Cuando la edad cumplió su ciclo y decidimos regresar a nuestras raíces:
! Que sorpresa recibimos, que sorpresa ! Nadie nos recordaban, nadie nos conocía. ¿ Acaso nunca estuvimos aquí, algún día ?
Mi guitarra está vieja y sus cuerdas no suenan como antes, mis manos, por lo años, no la pueden hacer sonar. Juntos, ella en mis brazos, lloramos del dolor.
Si alguien lee estas líneas, un buen consejo les voy a dar: Nunca estén lejos de sus raíces, ya que ellas son de un árbol con cuya copa, ustedes siempre
pueden contar.
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