**Conventillo La Mirta**
! Silencio cantor ! Y solo las guitarras, en un triste lamento, junto a un rezongo
de un bandoneón solitario, que gime la pérdida de un bailarín imposible de
igualar.
La noticia que es ingrata, hay que darla a conocer, y ya ustedes se imaginan el
dolor del patio:
Murió Martínez, payador y guitarrero, una luz para el cuchillo y un mago para el
poncho, su silueta conocida, por el arte de bailar el tango, con cruces y sentaditas,
un milagro para los ojos, y esa figura, siempre vestida de traje negro, camisa blanca
y zapatos bien lustrados, fue la envidia de todos los compadritos del patio.
Hoy el conventillo y el barrio, sus amigos y enemigos, percantas, que fue más de una, están de duelo, un duelo permanente por ser el hombre más hombre del lugar.
La muerte vino a buscarlo, mandando al lugar, un cuchillo bravo, que ante un descuido,
se lo clavó hasta la cruz.
! Cosas de machos y hembras, de celos y peleas, de una mina cualquiera que Martínez
no pudo reusar ! Ya que él decía que retrocedía, únicamente, bailando. Únicamente en
ese momento daba un paso atrás.
Esta es la historia del conventillo La Mirta y si alguno quiere conocerla, le anticipo, fue
un 7 de Mayo cuando murió el Macho Martínez, al poco tiempo, la Mirta cerró el patio
y desapareció del lugar.
! Un echo curioso ! Todos los siete de Mayo, a la noche, se escucha clarito, como gime
un triste y solitario bandoneón.
Conventillo La Mirta
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