Me detengo en la costa del río y veo como la bruma, del amanecer, sube del río al camino. La niebla en busca del sol, aún no asomó, me sirve como muro; que contiene mi memoria y me protege del amor que murió.
Camino por el terraplen, procuro no pensar en ella, cosa imposible de hacer.
¡ Ella fue mi vida, mi razón de ser, el aire de mi existencia, la meta de mi soñar !
Después de una noche de amor, sentados en la orilla del río, esperando que el sol diluya la bruma y como un telón aparecía, allá en el agua, el río que corre, el río que llama, como invitando, como ofreciendo, a refrescarnos en
él, esperando un nuevo día y soñando con un nuevo amanecer.
¡ Hasta que la noche llegue trayendo la locura de una renovada pasión !
Ya to pasó y nada quedó. ¿Nada quedó? Quedé yo con mi dolor y mis ojos con lágrimas de aflicción mirando al río serpentear y en cada giro larga la
niebla que no deja de mojar, como si tuviera una pena que no puede callar.
El río está triste, esconde una pena, en la mañana de bruma, gira lentamente en el mayor silencio con lágrimas recibe al sol que amanece...
Mario Beer-Sheva
" Si hay belleza en el caracter, habrá armonía en el hogar. Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación " Confució.-
como siempre querido y admirado poeta es un placer visitar tu morada y deleitar nuestros sentidos con la belleza y sensibilidad de tus letras. Muchos besinos e infinitas gracias por concedernos el privilegio de ser testigos de ellas.
ResponderEliminarGracias a ti, querida amiga y colega,que tienes
ResponderEliminarun alma sencible ante las historias que lees
en mi morada;mi castillo, donde guardo viejos
recuerdos que me agradan revivir para no olvidarlos y disfrutar de ellos.Este viejo poeta besa tus manos que tienen la magia de
escribir lo que sientes: no todos lo pueden hacer.Tu eres "elegida"