
La lluvia azotaba los cristales de la ventana. Y mi alma recibía los azotes viendo como ella se alejaba; la
lluvia, con calma, mojaba su cuerpo y mis ojos también lloraban, junto a mi amor que naufragaba.
La misma lluvia, el mismo amor, el mismo pecho con dolor. Nada hice para detenerla; detenerla hoy y mañana volver a intentarlo. Mis años no son los mismos como cuando corría detrás de ti, con ruegos, con promesas, con todo contigo vivido; y nada, nada cumplido.
Soñar con lo imposible, es engañar al sueño por una noche de engaño; luego vendrá el día y el engaño partirá a otras tierras perseguido por la realidad de la vida misma.
¿ Es la misma lluvia ?
La misma que moja mis ojos y me impide ver, por el cristal, como te alejas y me dejas el alma herida con espinas para no poder volver a amar.
¿ Es el mismo amor ?
El nismo; pero con más años, que no resiste un nuevo sufrimiento y sólo desea que la herida cierre para vivir en paz.
¡ La lluvia azotaba los cristales y mi amor lloraba del dolor !
Mario Beer-Sheva
" El clavo que sobresale siempre recibe un marillazo " Anónimo.-
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