viernes, 23 de abril de 2010

Leo Tus Cartas


Leo tus cartas y mis manos tiemblan, mis ojos, anegados en lágrimas, que a mis manos llegan y hace ilegible lo escrito y yo con mi desconsuelo, clamo por amor.
Leo tus cartas y el dolor que siento, como viejas heridas, que supuran su infección, que es el recuerdo de su mal. De su herida sin cerrar.
¿ El amor cuando no es recíproco, se transforma en dolor ? ¡ No hay la menor duda ! Se convierte en un mal incurable y no hay remedio para él.
Leo tus cartas, con dedicación y paciencia, hojas tras hojas, día tras día. Si parece que estoy orando, por el día a comenzar.
Leo tus cartas y después, con sumo cuidado, las ensobro, nuevamente, para mañana, volver a
comenzar.
Leo tus cartas, en este nuevo día, e igual que otros días clamaré por ti. Hace tiempo que te fuiste, años, meses o tal vez horas. He perdido la cuenta, no puedo confiar en mi mente, al irte
mi mente se fue contigo, sólo las cartas quedaron, que leo todos los días. Tomo el sobre, retiro
la hoja de papel, me siento en un rincón, junto a la ventana donde la luz me permite ver y ver, desde lejos, si vuelves a mi.
Leo tus cartas, tu conoces el texto, yo lo ignora hasta comenzar a leer.
Mi corazón, que quiere dejar de sufrir, insiste, que todos los días leo hojas en blanco.
¡ Corazón, tu naciste para darme vida ! ¡ Que sabes tu de amor !

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