viernes, 29 de enero de 2010

Nunca Lo Supe


La tarde moría, nada de ella quedaba, el sol ya no estaba, mis ojos, llorosos, en ella pensaba. Pensaba y se preguntaba, ¿que era de ella, cuando era mía?
¡ Nunca lo supe !
La tuve entre mis brazos, tantas noches, tantos días, la quise con locura, yo era un juguete en sus manos, tanto la quería, que teníendola a mi lado, soñaba con ella, como si no estaría.
Ya la tarde murió y la luna está asomando, con sus corona de estrellas. Pronto será noche cerrada y me vendrá el sueño, para seguir soñando con ella. Cuando se fue, cuando la perdí,
me di cuenta que no la conocía. Conocía su cuerpo, conocía su risa, conocía sus lágrimas, que
tanto me dolían. Adoraba su piel y la besaba, como un terciopelo, como un armiño, de gran valor, que debía cuidar como si fuera un manto. Un manto real.
¡ Nunca lo supe !
¿ Porqué vino, porqué se fue ? Vino alegrándome los días y al irse se llevo, mi vida, mi amor,
mi sangre, mis ganas de vivir, mis ganas de luchar, mis ganas de resistir. Se llevó toda mi ilusión, toda mi paz.
¡ Nunca lo supe !
La noche a llegado, debo acostarme, esperar el sueño, porque en el sueño ella vendrá y será mi
compañera de lecho, me hablará al oído, con voz suave y tersa, me abrazará y mientras esperamos el descanso, me acunará en sus brazos.
¡ No debo preguntarle porqué se ha ido, no quiero perderla !
Ya escucho sus pasos, suaves como una melodía, reclina su cuerpo, la tomo entre mis brazos,
mis ojos se cierran, duermo contento, duermo confiado.
¡ La tengo a mi lado !
¿ Saber ? ¡ No quiero saber nada !

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