domingo, 26 de septiembre de 2010

Fue Una Noche Cualquiera


¡ Lloré !
Lloré como lloran los hombres, que pierden un amor y se los voy a contar.
En una noche cualquiera, ella me abandonó, dejándome sólo con mi dolor.
Fue en una noche cualquiera, que encontró a otro hombre, que la convenció, le hizo algunos regalitos y el vago se la levantó. Varón, te perdono que me la hayas robado, pero no te perdono que me hayas dejado con el dolor de su ausencia.
Ella no tiene querencia, en una noche cualquiera, la conocí, vendiendo amor y a mi cuarto entró, como buscando hogar y así fue hasta que te conoció.
Lloré con pena, con rabia y amargura. Porque, después de esa noche cualquiera, la
empecé a querer.
Es mujer de vuelo, no es mujer de hogar, sabía que se cansaría y otros rumbos
buscaría y en una noche cualquiera, se echaría a volar.
¡ Lloré !
Como lo hacen los hombres, en silencio y en la oscuridad y en una noche cualquiera, escuché sus pasos, su golpes en la puerta, sabía que era ella, que volvía
al nido que dejó. No me atreví a abrir, tuve miedo de su siguiente vuelo y que me
rompa, de nuevo el corazón.
¡ Lloré !
Como lloran los hombres, con lágrimas, pesadas, pero que caen en silencio, sin quejido y con mucho dolor.
¿ Cuando ocurrió ? No lo recuerdo.
¡ Fue una noche cualquiera !
Mario Beer-Sheva

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