domingo, 26 de septiembre de 2010

Como Cuadro Del Goya


Te diré, que lo que te cuento, fue un sueño, nada más, pero lo recuerdo tan nítidamente, que hasta parece real.
Al irme a acostar, ella en la cama estaba, muy despierta y sus ojos brillaban de emoción.
Me acosté a su lado y la abrasé con pasión, los dos con poca ropa, nos embargó el calor y después de hacer el amor y decir y escuchar, esas palabras tan gratas, que vienen de la pasión, nos dormimos los dos.
Por la mañana, me desperté primero y la vi a mi lado y el corazón se desbocó, como un animal salvaje, que lo liberan del encierro. Aprovechando, que ella dormía, comencé a estudiarla:
Su nariz, pequeña y respingada, sus ojos en reposo, su pelo despeinado, sus labios, que tanto he besado, su cutis, suave como la seda, su cuello, elegante y coqueto, su cuerpo, dibujado bajo las finas sábanas, dejando poco a la imaginación y mucho a la perfección.
Su pose, su imagen y su cuerpo exquisito, daba para cualquier goyesco, pinte una
nueva maja.
Como te dije, esto fue un sueño, pero sabes, amigo, yo creo en los sueños, mientras tu lo piensas, si me perdonas, te dejo.
¡ Debo seguir soñando !
Mario Beer-Sheva

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