Por lo que fue y por lo que podría haber sido; quiero
pedirte un favor,
en nombre de nuestro amor perdido. Destruye mis cartas,
quémalas,
y que las cenizas vuelen con el viento, a destinos
inciertos, hasta que
se pierdan por caminos misteriosos hasta el fondo del mar.
Que nadie
nunca las pueda encontrar. Y si algún poema que te haya
escrito, en
los momentos de más amor, y te encuentras con él, perdido en
un
olvidado libro: destrúyelo, que nadie conozca mi querer…
Es tanto lo que te he querido que con el correr de los años
prefiero que
sea un secreto; un secreto entre los dos. Hoy en la vejez
siento vergüenza
de haberte enamorado y me siento arrepentido de haberte dado
esperanzas
cuando yo sabía que tu nunca serías para mí y que nuestro
amor estaba
condenado a vivir a la sombra de la noche por temor al sol…
Hemos tenido suerte, nadie sabe de nosotros, pero nuestros
corazones tienen
hoy el dolor del desamor. Y algunas veces, no siempre, releo
tus cartas, que
no pude destruir, y enormes lágrimas de mis ojos, como la
lava de un volcán,
quemando a su paso, por mis mejillas se dejan caer…
Mario Beer-Sheva
“Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no
lo digas…”
Proverbio Arabe.-
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