martes, 4 de septiembre de 2012

Ver Para Creer o Imaginar


Veo la luna en el cielo y sé que en el cielo está, veo el sol
calentar la tierra y sé que en lo alto está, veo el manto de
estrellas, con su brillo sin igual, cubrir al mundo; y en una
hora u otra hora, ahí están.
Pero que veo de ti, si no conozco tus pensamientos, ni el sonido de tu voz
salvo la carcajada burlona con la que saludas cuando un extraño, al pasar
dejada caer un piropo, como si fuera una limosna en flor.
Creo en la luna, que veo brillar, creo en el sol que alumbra el día, creo en
el manto de estrellas, que da vida al firmamento; pero tu no eres luna,
ni sol, ni estrellas, eres solamente una bella mujer que aprovecha su
hermosura para terner su corte echada a sus píes, como el ruedo de un
vestido.
¿Que puedo ver de ti que no he visto, que secreto tiene tu cuerpo que no
conozca, que esconde tus ojos que no he descubierto?
Si hasta mis oídos, al escuchar tu carcajada o llanto, distingue la verdad
de la falsedad; y lo que fue mi piedad se transforma en odio y desprecio.
Odio por las veces que te has burlado, confiando en tu belleza que de tu
rostro se borró, te desprecio por la importancia que le dabas al dinero,
sin pensar que los años al pasar sólo la tristeza de tu cuerpo quedará.
¡Hoy no creo, no imagino, sólo vivo el hoy!
Mario Beer-Sheva
"Los momentos que siempre recodaremos llegan de repente, sin hacer ruido" Anónimo.-

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