martes, 31 de mayo de 2011

El No Saber



No tengo verguenza, mira mis ojos y los verás con lágrimas, que libremente corren por mis mejillas, arrastrando la tristeza, del final de una ilusión o el

comienzo de una realidad.

Nuestro amor, ha perdido la vida, se esfumó en el aire,

de los juramentos y proyectos; ya no existen más. No hay palabras que puedan resucitarlo, no hay consuelo para un desamor. Tantos días, tantas noches, haciendo planes y proyectos, sostenidos por nuestro amor; que ni siquiera fue un

sueño o quizás fue un sueño inconcluso, con bases sin sustentos. Como

viajando en una nube, hasta que el cielo despejó y la nube se perdió en el

espacio y sin apoyo, nuestro amor, o lo que fuera, desapareció.

¡ Y nosotros despertamos del sueño y nuestros pies volvieron a la realidad

Mis lágrimas son de dolor, dolor por ti, dolor por mi; lloro por los dos, ya que los dos fuimos culpables de este magnífico sueño, que nos hizo volar en el pensamiento y nosotros, ilusos, pensamos que eso era amor.

¡ Es tan dificil separar el amor del deseo, una tenue línea separa los dos !

El amor perdura, el deseo huye, con el tiempo, es efímero y al morir el deseo, si el amor no tiene bases sólidas, lo arrastra con él.

Amigo lector; si tu conoces una fórmula para distinguir la reacción, te pido que me lo digas.

¡ Y, entonces, volverá a mi la verguenza y dejaré de llorar !

Mario Beer-Sheva


1 comentario:

  1. como siempre dulce y sensible Poeta nos regalas dulce nectar anegando nuestra alma con ella, un besin muy muy grande de esta asturiana amiga y admiradora.

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