martes, 18 de enero de 2011

Un Sueño Para Dos


Nuestro amor, navegando, por el mar embravecido y nosotros, en nuestra nave de papel, creíamos que podíamos
enfrentar tan grande tempestad. Y no fue así;la sociedad, en su bravura,
arrastró haciendo naufragar, hasta el
fondo del mar, hasta terminar con nuestra vida, hasta herir a nuestro amor y lo inevitable, que provocó la separación.
Y así podría haber sido el final de nuestra historia;nuestro cariño nos mantuvo, sin perder nuestro rumbo, nuestras manos, firmemente, en el
timón y en aras de nuestro amor, con las velas hinchadas de viento, continuamos navegando sin importar lo que dirán.
Arribamos a una costa, de aguas tibias y transparentes, quietas como el aceite, en ellas tiramos el ancla y en su blanca arena comenzamos nuestra vida de amor.
En esa costa de maravilla, vivíamos embriagados de cariño. Largas caminatas, a la mañana y a la puesta del sol;nos alimentábamos con las
frutas, con la pesca y los mariscos, cuando bajaba la mar.
¡ Que maravillosa nuestra vida !
Regalábamos felicidad, estábamos seguros que la eternidad nos encontraría, abrazados al sol y de noche, con el manto estrellado, haciendo el amor.
Hundimos el bote, para no volver, quemamos nuestro regreso y en el paraíso nos encontrábamos felices, contentos y alabando la buena suerte
de los dos...
Tú, despertaste primero, yo, lo hice después
¡ Nuestros sueños fueron iguales !
¿ Pueden ustedes creer ?
Mario Beer-Sheva

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