viernes, 26 de noviembre de 2010

Para Caminar


Te he acompañado hasta donde termina el pueblo.
El pueblo que tu naciste, que te criaste y hoy hombre, decides abandonar, buscando una ruta que
te lleve al futuro y que tu, sólo, podrás manejar.
Como verás, hay dos caminos, uno es el dificil, el otro, llamado el fácil. Y tu tendrás que elegir.
Por el camino dificil, nada te faltará, pero tendrás que trabajar de sol a sol, o algo más. Será una lucha, de horas y horas, de meses o quizás de años, pero tu recompensa tendrás. Tu sudor, con orgullo ostentarás, tendrá el gusto de la miel, que se consigue con trabajo,
dedicación y respetando los tiempos, que la naturaleza dictó.
Por el camino fácil, muy transitado, desde ya, por aquellos que lo tomaron y regresaron, al poco tiempo, acompañados por la derrota, que no los quiso abandonar y los trajo de regreso, derrotados, al final.
Hijo mío: Te he criado, para el camino dificil y te he enseñado a manejar las herramientas, para que sepas usar. Por este camino, conocerás una vida digna de alcanzar, sin desmallar y tu recompensa en pocos años lo
notarás. Volverás al pueblo, de la manera que te vas, la frente en alto, tus manos limpias, tu mente fresca y lista para aprender, que no hay mejor
senda, que la senda del bien.
Si tomas el camino dificil, notarás que no tiene huellas, las huellas la harán
tus píes y cuando regreses, si lo mereces, como milagro verás que tus huellas están intactas. Si están borradas, por las mismas no podrás volver.
¡ Ve hijo y has el camino, demostrando quien eres, tus pasos estarás frescos
para que puedas volver !
Mario Beer-Sheva

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