Como un fantasma del pasado escuché tu voz en el teléfono y
en
mí se abrió una
puerta que hace muchos años, de común acuerdo,
cerramos y en nuestra falta de experiencia creímos que el
olvido
borraría la huella de nuestro joven amor…
Como un fantasma tu voz aceleró mi corazón mientras la razón
del
recuerdo, más vivo que nunca, gritaba tu nombre. Y yo hice
silencio,
mi esposa me acompañaba, y tu hiciste silencio, tu marido
estaba a
tu lado…
Como un fantasma que nos silenció nuestras gargantas y dejamos
los
dos que la ocasión, que es muda y ciega, haga un paréntesis
que quedó
disimulado con los teléfonos en nuestras manos…
Como un fantasma que nadie espera, pero todos temen tu voz,
se hizo
presente y mi corazón apuró sus latidos de un recuerdo que
no está ni
muerto ni sepultado porque son recuerdos de nuestra
juventud…
Como un fantasma apareciste en mi vida, y como sal en la
herida, volví
a aquel día que por otro me dejaste. No supe luchar por no
saber cuanto
te amaba y tontamente, por confiar en el olvido, comenzó en
mi aventuras
queriendo borrar lo que no he podido…
Como un fantasma regresaste. ¡Amo los fantasmas, siempre los
espero!
Mario Beer-Sheva
“Prefiero el brillo de tus ojos al de los diamantes. Porque
sólo brillan
para mí. José Narosky.-
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