Y cuando me presentaste como “un amigo” sentí en mi pecho el
dolor de un acero buscando mi carne, mi angustia, mi muerte…
No soy tu amigo soy tu amante; conozco tu cuerpo como el mío
mismo, he bebido de tus labios hasta secar tu boca, mis manos
han
recorrido tu figura hasta el último rincón, mi voz ha
recitado en tu
oído, canciones, palabras y susurros dedicados al amor…
¡No soy tu amigo ni quiero serlo, sólo quiero ser tu amante!
Me he ganado el derecho por los besos que nos hemos dado,
por las
caricias de tus manos, juntas a las mías, porque has
escuchado de mi
boca promesas que he cumplido y que tu complaciente has
disfrutado…
¡Nunca he sido tu amigo, nunca te he mirado como tal!
Y al verte por primera vez, tu cuerpo me enloqueció, y me
entregué a ti
y tu me recibiste con el mayor placer. Muchas horas vivimos
juntos y
muchos planes hicimos y entre ellos siempre fue la entrega
total…
¡Nuestros cuerpos no fueron amigos; locura y pasión no es
amistad!
No puedes llamarme amigo; no soy ni nunca lo seré. Llámame
por mi
nombre: amante…
¡Qué es lo que soy!
Mario Beer-Sheva
Hay que apresurarse a comprar tierra. Porque ya no se
fabrica.
Mark Twain.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario