miércoles, 9 de enero de 2013

Ocaso De La Vida

Nadie puede obligarme que no la recuerde, nadie puede obligarme que busque el sufrimiento en mis secretos, que están encerrado en mis recuerdos. Hoy los visité y de ahí vengo:
La noche huye dejando paso al amanecer, que con su luz implacable, disuelve las sombras mostrando, con altanería, el nuevo día, el nuevo sol; los viejos recuerdos que duelen como siempre han dolido. Son recuerdos con fracasos y desdichas de amores que no fueron y que hoy, junto a mis lágrimas, pido perdón por los daños que he causado y el dolor que me atormente en el ocaso de mi vida...
¡Señor! Que ocaso más doloroso me has dejado en el fin de mis días; comprendo que es lo que me merecía, pero el dolor siempre es el dolor y la forma de vivirlo es con lágrimas lavando los errores que se han cometido en tantos años vividos. No me quejo de tu penitencia, la cumplo arrepentido pero tengo dudas que no sea suficiente por los males que he cometido. Hoy temprano, a la mañana, le he cruzado en mi camino, ella no me ha reconocido y te doy las gracias por ello. La he visto caída y maltrecha que no pude evitar hablarle mientras de mis ojos caín lágrimas y recuerdos de un viejo amor...
¡Se quien eres y por eso te desprecio! Así me contestó...
Hundí mi cuello en mis hombros, la capucha sobre mi cabeza y lentamente, con mis sandalias arrastrando el suelo, volví al convento y me refugie en mi castigo con la sola compañía de mi dolor...
Mario Beer-Sheva
pensamientospoemas@gmail.com
"La vida es corta,rompe tus reglas personales" Anónimo.-

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