lunes, 20 de febrero de 2012

Vida o Depresión



Dime porque lloras, cuéntame cual es tu dolor; no quiero ver, como veo, tus lágrimas rodar por tus mejillas y tu alegría cristalina se ha ido, ya no está.

Recuerdo que al despertarme oía tu voz, alegre y vivaz, mientras tus brazos, llena de cálida ternura, se

abrazaba a mi cuello incitándome al amor.

Donde fueron esos tiempos, querida mía, que ha pasado contigo que ya no ríes más, que tus ojos, anegados en lágrimas se encuentran tan tristes, que hasta el verde de tus ojos perdió el color.

Te pregunto cual es el problema que te aqueja y tu me respondes, bajando la cabeza y te quedas encerrada en el silencio y yo en la ignorancia, temo perderte y callo, esperando que tu amor despierte y vuelva hacer lo que fue.

Después de mucho insistir, conseguí que veas a un médico y él, diagnosticó algo llamado depresión; tu cerebro está enfermo, nadie sabe porque enfermó pero hay algo que no funciona y la depresión, anidó en él. Cambió

tus hábitos, tu caracter, la alegría la transformó en tristeza, borró tu risa,

enfrío tu cuerpo, apagó la fuerza del vivir, del gozar, encerró el amor.

Y hoy, que te veo sentada en un rincón, mirando, la tarde que muere, sin dudar, junto mis manos y en un simple ruego, con la cabeza inclinada ante

tan fuerte enemigo:

Depresión; déjala libre, déjala volver, ya que ella está muriendo y con ella me iré yo.

¡ Tu sabes que ante esta enfermedad, no hay cura sin amor !

Mario Beer-Sheva


" El amor es el único idioma que puede prescindir de las palabras "

José Narosky

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