Hoy, como otras veces, he recibido una crítica tuya sobre mi trabajo de escritor; y
como en otras oportunidades, me dices, en pocas palabras rudas, muchas de ellas, que poco te gusta el manejo de mis letras, que vienen de mis pensamientos y yo dejo, libremente, plasmadas a la vista de mis lectores...
Tus palabras podrán ser sinceras pero no gratas y además, no precisamente, pueden reconfortar los insultos que le agregas...
Entiendo que no es de tu agrado mi estilo, pero no entiendo porque te empeñas en leer mis pensamientos que aflora de mi interior. ¿ Acaso pretendes reformar mi espìritu, mi forma de pensar, mi forma de sentir ?
¡ Estás perdiendo el tiempo...!
Anónimo; así firmas tus mensajes, que no me hieren, que no me manchan,
que pierdes lastimosamente tu tiempo mal gastado y aprovecharlo en una inspiración poética o de trabajo que puede darte un beneficio y aplacar tu
envidia...
Me pregunto si eres hombre o mujer, si tienes hijos, si tienes nietos y cuando alguien los saluda le dirán: ¿ Ustedes son los hijos o los nietos de
Anónimo ?
Anónimo es tu nombre o tu apellido, o quizás el seudónimo que utilizas para esconder tu cara maliciosa y falsa y poder, impunemente, insultar desde las sombras, que te da la oportunidad de hacerte llamar Anónimo,
como un acto de desmostrar e ignorancia, falta de hombría y dignidad.
¡ Anónimo, debes cambiar tu forma de ser, para que tu palabra tenga valor !
Mario Beer-Sheva
" El mejor profeta del futuro es el pasado " Lord Byron
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