sábado, 5 de febrero de 2011

Preguntas Sin Respuestas


Veo, desde mi ventana, la lluvia caer, una lluvia fina y
persistente, como lágrimas.
Dentro mío, también hay lluvia, pero estas vienen de adentro y por mis ojos se pierden en la nada, con intenso dolor, son lágrimas del corazón. El dolor, que ahí está, que me recuerda, lo que no tengo que olvidar.
Y lo que fue cicatriz vuelve a ser herida; herida que no cierra, que está abierta como una ventana al pasado, para recordar, que como la piedra que se arroja, la palabra tampoco puede
volver atrás.
Palabras que nos dijimos, cuando deberíamos callar y callamos, cuando
había que hablar; la historia se repite y el dolor vuelva a mi, con más fuerza, para no dejar de olvidar.
¡ Tarde ! Palabra que debemos cuidar, al usar, porque ella nos marca el tiempo y el tiempo a nadie espera, siempre de prisa, como queriendo pasar; y cuando queremos rectificar, el tiempo pasó, nada quedó, salvo el
gusto amargo que destila la soledad.
¿ Cuantos años me quedarán para sufrir, este recuerdo, que vive en mi ?
¿ Cuanto tiempo mi cuerpo podrá resistir el castigo, que vive en mi ?
¿ Como callar el grito que puja por salir, que vive en mi ?
¡Preguntas que no tienen respuestas, respuestas, que prefiero no escuchar!
Tarde, para todo es tarde; para mi vida también...
Mario Beer-Sheva
pensamientospoemas@gmail.com

1 comentario:

  1. esta asturiana se ha emocionado con tu bellisimo poema cuajado de dolor, soledad y ausencia, ¡¡ que grande eres poeta¡¡ un besin muy grande y feliz fin de semana .

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