miércoles, 9 de junio de 2010

Palabras, son Sólo Palabras


La tarde caía, el sol se apagaba, sentado en un banco, miraba como el día moría y esperaba, como todos los días, que el recuerdo no me abandonara.
Después de tantos años, mi designo jugaba al olvido y algún rostro, que quería recordar, se perdía, en mi mente. Se perdía y no lo hallaba, quería tomarlo de la mano y no dejar que se fuera, hasta tanto no le hablara.
Recuerdo los hechos, pero no recuerdo los rostros, Recuerdo haber estado enamorado de una mujer muy bella y hoy, que quisiera conocer la cara de la mujer, que tanto amé, mi mente no la recuerda.
En este ejercicio, que practico todas las tardes, en este mismo banco, hasta que la luna asoma,
me hago la misma pregunta: ¿ Que hermosa sería, para enamorarme y amarla, como amé a esa mujer, ver su rostro por última vez ?
Recuerdo su boca, recuerdo sus besos, recuerdo su olor a mujer, pero no recuerdo su rostro, o
será mi mente que se niega a recordar . ¿ Mi mente está gastada, por los años, estará enferma o
acaso fueron tantas las lágrimas y hoy ante el dolor, del recuerdo, no quiere recordar ?
Son tantas las cosas que a rememorar, como las tantas que no debo hablar. ¿ Y que puedo hacer
con esas palabras prohibidas ? Arrastrarlas a mi tumba ?
Ya lo he decidido.
¡ Que las entierren conmigo !

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