lunes, 10 de agosto de 2009

Genio

¿ Puedo pedir un deseo, genio de la lámpara maravillosa ?
Quiero tomarla de la mano y caminar, ¡qué importa por donde! quiero sentir en mi mano, la tibieza de sus dedos abrazados a los míos. Y recorrer calles, avenidas, bordeadas de tilos, o de azahares, tal vez, jardines, con rosas en flor, y el aroma de los árboles y las flores, que se mezclen con su aroma de mujer.
Quiero sentir como su mano, en mi mano, transpira de emoción, o quizás de deseo, que es cuando manda el amor. ! Es tan poco lo que pido ! Y es tanto lo que deseo, que ya el pulso me tiembla, nada más que de emoción. Me faltarán palabras, a decirle, estoy seguro que así será, pues, entonces me detendré, y soltando su mano la estrecharé en un abrazo, buscando sus labios para beber el néctar del amor. Aprovecharé para tocar su pelo, mirar sus ojos, sentir en mi pecho el latido de su corazón. Nuestra sangre, en armonía, correrá apurada por la pasión desbocada, que sin dudar mostraremos al mundo, sin importarnos el que dirán.
¿Qué me cuentas, genio, de la lámpara maravillosa? ¿Acaso es mucho lo que pido? ¡No olvides, genio, que es un sueño! ¡Un sueño nada más!

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