Vives en mis días, vives en mis noches, vives en mis
recuerdos, que
con gran dolor están en mi pecho. Muchos años han pasado
desde que
te fuiste de mi vida; aún recuerdo tu voz, que mis oídos
amaban, aún
recuerdo tu aroma, que a mi olfato embriagaba, aún recuerdo
tu piel,
que a mis manos enloquecía…
¡Si pudiera borrar todo esto! ¿Acaso un recuerdo puede ser
borrado?
Las tristes tardes de lluvia o las alegres mañanas de sol;
ni uno ni otro
impide que vivas dentro de mi. He viajado a la playa y a la
montaña;
tu sigues aferrado a mi alma como una cicatriz en los
recuerdos…
¿Los locos tienen recuerdos?
Si no los tuvieran quisiera enloquecer y terminar con mi
triste canción,
mi triste lamento y prepararme, serenamente, a que me
entierren y pueda
realmente descansar…
Corres por mi sangre como un río de infección; nada puede
curarme es
la maldición que me acompaña, es el veneno sin cura, sólo
debo esperar
la muerte…
¿Y mientras espero la muerte?
¡Seguiré amándote!
Mario Beer-Sheva
“Usted no puede controlar el viento, pero usted puede
ajustar sus velas”
Albert Einstein.-
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