domingo, 23 de febrero de 2014

**Desde Un Zaguán**



Tu no me viste, me escondí en las sombras de un zaguán, yo pude
verte pasar muy contenta. Tu brazo del brazo de tu amante, en tu
boca una sonrisa que sabía a miel, tus labios reían con el gusto que
da el amor. Mientras tu hombre besaba tu cuello, besaba tu pelo y
hundía su boca en tu boca que tanto reía…
¡Así conocí el dolor!
Se detuvieron a mi lado y besos y abrazos repartían anticipando la
noche que se venía; no pudieron contenerse y suspiros y palabras
escuché consternado ante tanta desilusión…
¡Mientras, yo sufría y sufría!
Ustedes gozaban, sin tiempo ni medida, promesas que tu boca en mi
habían jurado y hoy tenían otro dueño…
¡El zaguán fue testigo de mi rabia contenida!
Y así es como aprendí a morder mis puños, secar mis lágrimas, contener
mi grito, mientras mi bronca pisoteaba mi orgullo…
¡El zaguán fue mi guarida y hoy, en mi locura, en él perderé la vida!
Mario Beer-Sheva
“La acción más pequeña, es mejor que la intensión más grande” Anónimo.-




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