lunes, 22 de agosto de 2011

Y Tu Nombre Será Pompeya



Pompeya, ven a mis brazos, mi fiel compañera; tu

eres la guitarra que calma mis días, de dolor antiguo, te tomo en mis brazos, con la forma de tu cuerpo de mujer y sueño con ella, mientras en tus cuerdas quito sonidos, sonidos de amor.

Amores lejanos, hay en tus mensajes, tus dulces mensajes, que tus cuerdas dibujan años pasados, que no volverán.

Querida Pompeya, tu eres el recuerdo, el sólo recuerdo, que me ha quedado de los momentos que los tres vivimos y hoy los recuerdo como si

fueran ayer.

Ella escuchaba, mientras tus cuerdas vibraban y yo, con mi voz de transnoche, le recitaba versos, poemas, coplas y por último alguna vidalita, que lágrimas de sus ojos rescataba.

¡ Que época de ternura, de pasión inolvidable ! Años que se fueron, pero aún viven en nosotros; cuando tus bordonas, se templan y nos regala el sonido, de mis ojos caen lágrimas, no de tristeza, son lágrimas de recuerdos, que mojan tu madera y conservan la humedad en nuestros corazones.

Y un día la perdí; fue cuando heredaste su nombre y de ese momento te llamo Pompeya, te estrecho en mis brazos, como si fueras ella y de tus cuerdas recibo el sonido de su dulce voz y al estrecharte, sueño con ella.

Su nombre era Pompeya, la he perdido y tu, querida Pompeya, llevas su nombre como recuerdo. ¡ Como recuerdo, para no olvidar !

Mario Beer-Sheva


Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.

Anónimo.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario