Huye; corre, aléjate, pone
distancia, piérdete. Como al borde de un colapso
que tus piernas se hagan alas
y te esfumes en la lejanía. Corre tan rápido
como tu corazón te lo
permita.
Huye del amor que es
peligroso y cruel; no dejes que sus palabras entren
en tu mente porque ellas
hipnotizarán tu voluntan, tomarán el control de
tu vida y harán nido en tu
corazón hasta que deje de palpitar.
No quiero contarte mis
penurias, no quiero perder el tiempo en palabras,
solo quiero que sepas que el
amor sin raíces es como un edificio sin cimientos al menor temblor, a la más
leve tormenta, se desploma sin remedio ni piedad arrastrando a la razón.
Dejando a su paso la tragedia,
las lágrimas y un fuerte dolor que no se calma
salvo por otro amor.
Huye; estás en peligro, has
probado los besos que alcoholizan la sangre, que
por tu cuerpo transita,
buscando, con desesperación salir a la luz en busca de
libertad y en su tránsito
ligero hace que el corazón marche de prisa hasta
morir.
Huye; escucha mis palabras
que son sabias por la experiencia que han vivido
con alegría al principio y
lágrimas al final.
Ya te he confesado mi
experiencia ahora debo dejarte el camino me espera.
¡La huida debe continuar!
Mario Beer-Sheva
“El hombre inferior cree en ídolos.
El superior, en ideales” José Narosky.-
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