viernes, 21 de julio de 2017

**Temor Al Ocio**












La tarde de invierno, el cielo plomizo, aprovecho el calor del hogar

para junto a un libro, que no leo, esperando la cena y el ocio que

cierra mis párpados y en mi mente mis muchos años comienza a

pasar, como una vieja película, escenas vividas pero no olvidadas.

Mi primer beso que supo a menta, una caricia que mi mano con poco

valor se posó en su rostro de piel suave y juvenil, que hizo latir mi

corazón desbocado sin saber que era placer.

Tardes de recuerdos que en los días de ocio en los muchos años vividos

acuden a mi mente, muchos ellos con una sonrisa y algunos con una

lágrima de un dolor que no se olvida o que no se quiere olvidar.

Temo al ocio como temo a la soledad que me da tiempo a pensar y los

recuerdos, como tropel desbocado, acuden a mi mente hasta que el dolor

se introduce en mi interior y reniego por esos años que se fueron dejando

una experiencia que de nada sirve y a nadie interesa.

Intento salir a la calle a pesar del gris del cielo, de la humedad y del frío.

Titubeo por el clima y el cielo encapotado pero mi temor al ocio es mayor

que la prudencia.

Haciendo fuerza de voluntad tomo la vereda y comienzo a caminar…

¡Camino, camino, camino, tal vez el ocio quede atrás y yo deje de temer!

Mario Beer-Sheva


“La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”

Pablo Picasso.-


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