martes, 27 de diciembre de 2016

**Paz**


 

 

Los oigo llegar con marcha forzada, ligera y gallardos en sus

movimientos, sus botas lustradas y cuidadas, compiten con el

sol de la mañana, son jóvenes y están alegres van en busca de

la victoria y la fama, de galones y medallas, el himno con alegría

junto con tambores y clarines le dan un marco como promesas

de sus futuras acciones que tendrán a sus regresos.

La gente los mira con asombro agitando pañuelos y banderines,

otros con aplausos los despiden deseándoles triunfos y conquistas

y así hasta perderlos de vista.

El tiempo a pasado; en días semanas o meses y un día regresan, con

el silencio de las calles vacías, los reciben a los que pudieron volver.

Algunos arrastrando las armas, su ropa sucia y arrugada, algunos con

sus ojos que ya no ríen, otros vendados con muletas o bastones, sus botas

opacas sin brillo sus hombros caídos su marcha desordenada y sin

gallardía.

¡Si; han conocido la guerra!

El horror, el dolor, el sufrimiento, los gritos y las lágrimas por defender la

tierra la misma tierra de aquellos llamados enemigos. Quisieron matar y

mataron, con las armas bendecidas y también los mataron con las mismas

también bendecidas.

Y en este capricho inexplicable de la vida los dos bandos aprendieron que

deben amar a la soberana a la única a la:

Paz.

Mario Beer-Sheva


“El hombre superior no se perdona lo que perdona a otros”

José Narosky.-   

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