viernes, 26 de agosto de 2016

**Brindis En Soledad**


 

 

La copa sobre la mesa, a su lado la botella, con el dulce licor, listo

para ser servido y una mano amiga haga el brindis de honor…

Brindo en soledad por aquellos que he conocido y hoy no alcanzo

a recordar, por aquellos que fuimos amigos y hoy mareado no saben

 quien soy…

El licor quema mis labios, nuevamente levanto la copa para brindar

por los que no están, por los que están y no conozco su destino, por

las mujeres que amé y nunca fui correspondido, por aquellas que

reían en mis brazos y hoy las veo arrastrando los años, la sonrisa

extraviada y los ojos con lágrimas recordando el pasado…

El alcohol me está asiendo efecto; mis manos tiemblan, pero en el

brindis no debo olvidar mis hijos, que no sé donde están. Y si ellos

existen espero que en algún momento recuerden que tuvieron padres,

que de ellos se ocuparon, los amaron y los protegieron y en cuanto

pudieron abandonaron a los que le dieron la vida…

Estoy perdiendo el equilibrio el alcohol se adueñó de él todo gira a mi

alrededor mis piernas no me responden. Una vez más no puedo terminar

mi brindis, la copa cae de mi mano y mi cuerpo detrás de ella …

Estoy en el suelo borracho y perdido mis brazos como molinos de viento

quiere aferrarse y no encuentra sostén. Me interno en el pesado sueño, del

licor, perdiendo la conciencia. Y hasta escucho mis propias palabras:

¡Hasta el próximo brindis en soledad!

Mario Beer-Sheva


“Hombres que volaron alto, dejaron huellas muy profundas” José Narosky.-

 

 

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