¡Pueden ustedes creerlo!
He cambiado; me he enamorado de la vida y vivo tal cual ella
me ordena, día a día me trazo un plano y con él circulo por
los
lugares que la vida me indique.
Me divorcié de las tristezas, de las malas influencias, que
con
disfraces de amigos me inculcaban las promesas alejándome de
las alegrías. Me hice amigo de las flores y los pájaros, amo
el
verano y también el invierno, tengo un piropo para cada una
de
las mujeres, sin mirar la edad, que se cruzan por mi vereda.
¡Pueden ustedes creerlo!
He cambiado tanto que si alguno me pregunta por ella le diré
que
no conozco a nadie llama “Ella”. Mi cambio fue tan profundo
que
hasta yo mismo temo por mi nueva vida; la alegría me
acompaña
durante el día y a la noche unas copas con los amigos para
volver a
mis sueños con la dicha de esperar un nuevo día.
¡Pueden ustedes creerlo!
Mi cambio fue total; tengo nuevos amigos, me siento muy
feliz, la vida
me sonríe, nada me falta y hasta los recuerdos se han
adormecido ya
no lastiman mi ser…
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Sólo me falta olvidarla…
¡Espero que pueda ser!
Mario Beer-Sheva.-
“El enhiesto es el primero en inclinarse ante lo justo
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