Corre tan rápido como el viento del desierto y tan frío como
el mismo
en el invierno, piérdete en el laberinto de las sombras, no
dejes huellas
a tu paso y en el bosque del olvido haz un conjuro que nunca
exististe
e ignoras el amor.
Huyes para evitar el amor; pueden llamarte cobarde pero
nadie podrá
quitarte el derecho a evitar un querer que te aplasta, que
te esclaviza y
por último, cansado de ti, te arroje a un lado aplastando
palabras, vanos
juramentos y rechazando las lágrimas que habitan en tu alma.
¡ Huye corazón, corre sin piedad y piérdete en el no saber,
que te dará
felicidad !
Me he hecho maestro en huir sin mirar atrás y sólo eso me ha
salvado de
sufrir, lo que otros han sufrido, de las palabras huecas que
canta el corazón.
De la experiencia dolorosa, que es enamorarse de una mujer;
perder amigos,
hogares, costumbres, por el candil de dos hermosos ojos que
obnubila tu
razón.
¡ Corre, corre, nadie te llamará cobarde, sólo te dirán que
eres prudente !
Mario Beer-Sheva
“Que la gente hable con la boca llena, pasa. Lo terrible es
que hable con la
cabeza vacía. “ Anónimo.-
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