jueves, 9 de agosto de 2012

Humo De Huellas Dejar



Frente a mi ordenador, un cigarrillo cuelga de mis labios,

mi mirada fija en la pantalla, como esperando una magia

que le haga escribir. Mi mente en blanco, el cansancio de la noche no me deja concentrar; ni siquiera mis rezos puedo escuchar. Mi mente en otro lado, entre los muchos lados que suele estar, me falta la inspiración, la musa que me dicte el tema a tratar.

El humo del cigarrillo entra en mis ojos y los hace llorar; me quito el cigarrillo, de los labios, lo apoyo en el cenicero y mis ojos continuan mojando mi visión; son lágrimas, que se deslizan y se hunden en el recuerdo de cosas que no me animo escribir y hoy que me falta el tema; es

cuando más me hace sufrir.

Soy escritor y vivo de mi trabajo, las frases es la mercadería que vendo al mejor postor y hoy me encuentro sin mercadería, hoy no tengo nada que vender. Mis recuerdos no son de los mejores, son los que quisiera olvidar, ya que los tengo prohibido mencionar.

Más secretos que pensamientos; triste futuro para un escritor, que tantas

historias debe esconder para salvar honores de amores, que no debo hablar.

El cigarrillo es un fiel acompañante; y en sus nubes de humo, veo rostros,

como la vida pasada, algunos con sonrisas otros con tristezas, figuras de tiempos idos que hoy despiertan, en mi, sensaciones y amores.

¡ Es mi modo de escribir !

El cigarrillo se quemó; vuelvo a tomar otro y lo prendo, con satisfacción, espero que el humo forme imágenes de rostros pasados, que hoy vuelve a mi.

¡ Cenicero y cigarrillo; mis armas para escribir !

Mario Beer-Sheva


" El gran escritor es un maestro que enseña sin tomar examen "

José Narosky.-

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