Pequeños murmullos, que de mi boca salen y en
tu oído, hacen nido de amor. Esto, amada mía, es solamente para vos.
Entre mis suaves palabras, escucharás juramentos
y promesas, que te hace mi corazón.
Mi corazón no podrá mentirte, porque tu eres dueña de él. El te pertenece, como te pertenesco yo y no hay nada en el mundo, que separe nuestro amor.
La tibieza de tu mejilla, me hace temblar la voz, pero, aún tengo fuerzas para decirte que te quiero,
con todo mi corazón.
En tus manos está mi vida, que quiero compartir
contigo y no dejar que nadie, ni nada, se interponga entre los dos.
Tu eres un sueño, que hoy se hizo realidad y nunca más, quiero dejarte, para que me tengas
presente en todo momento y a toda hora, como si fuera tu guardián.
Cuanto tiempo soñé contigo, sin haberte conocido, cuantos planes sin conocerte y hoy esos
sueños son realidad.
¿ Estamos bailando o estamos embriagados ? Pero estemos como estemos, el culpable es el amor.
Hay momentos que el temor, se adueña de mi ser, el temor que esto sea, un sueño, nada más.
¡ Pero no puede ser, no lo puedo creer !
Mi aliento se mezcla con el tuyo, mi boca, que besa tu boca y tu, en el frenesí, lastimas mis
labios. Mis brazos recorren tu espalda, tu mano, calienta mi mano. Bailamos al son de una
música, que solo nosotros escuchamos.
La música se ha terminado, estoy sólo en la pista, con mis sueños que han despertado a la
realidad. Volveré a soñar, volveré a creer, volveré a bailar, volveré a preguntarme si estamos
bailando o, acaso embriagados por el amor.
Tengo sabor a sangre, en mi boca, son mis labios lastimados, por el frenesí de tus besos.
¡ Sí ! ¡ Volveré a soñar !
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