domingo, 30 de mayo de 2021

**Los Dos Fuimos Culpables**

 

**Los Dos Fuimos Culpables**

 

Mi boca tapó tu boca, bebí el aire de tu cuerpo nuestro aliento nos embriagó.

Y juntos caímos en la pasión desordenada de dos cuerpos que después de

mucho tiempo deseando, al fin sus instintos unidos levantó en un himno sin

letra a la alegoría al amor.

¿Cómo resistirse a esa droga exquisita que olvida las reglas sociales hasta

saciar su placer? ¿Cómo hacerte mi reina sin ser tu rey? ¿Cómo calmar mis

deseos sin recibir a cambio los tuyos?

Nuestras manos recorrieron nuestro cuerpo hasta cada pliegue de nuestra

piel y como braza caliente dejamos que la lava nos una en esta culpa compartida

que algunos llaman pecado y nosotros solamente lo llamamos amor.

Los dos fuimos culpables y hoy que ha pasado muchos años nos sentimos felices

y orgullosos de haber compartido esta culpa exquisita que fue el pecado más

sublime de la creación.

Si los dos fuimos pecadores a nadie herimos con nuestra actitud y así dimos los

pasos para cumplir los deseos de nuestro Creador. Y si él nos creó de esta manera

quienes somos nosotros para discutir su voluntad.

No comimos la fruta prohibida no adoramos falsos ídolos; solo quisimos hacer  el

amor y tener una vida feliz.

La voluntad en la tierra es lo que vale en otro lado no tiene valor. Solo en la tierra

dejamos huellas de nuestro paso por la vida, solo en la tierra existe el pecado y la

gloria de disfrutarlo.

Los dos nos internamos en el bosque del amor dejando a un lado el desierto sin

agua sin vegetación de la soledad gris y triste que solo las lágrimas calman la sed.

Los dos fuimos culpables y ninguno de los dos dejaremos que el índice de la culpa

nos señale por habernos enamorado fuera de tiempo como si habría un tiempo

para amar. Se ama mientras se vive después la muerte se lleva la vida se lleva el

amor y deja vacío el corazón en un cuerpo sin sentido ni razón.

¡Los dos fuimos culpables; con orgullo digámoslo!

Mario Beer-Sheva

pensamientospoemas@gmail.com

“Brindar cariño a un niño es una manera de enseñarle.” José Narosky.-  

      

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