domingo, 12 de agosto de 2018

**Arrastrando El Dolor**


**Arrastrando El Dolor**



No quiero hablarte de dolores solo quiero contarte alegrías y ver que

tus labios sonrían con alegría y placer.

Que no sepas la angustia de la madre ante el lecho de su hijo enfermo,

o el esposo que acompaña a su última morada a la que fuera durante

tantos años su amante, al hombre que enamorado vea a su querida del

brazo de otro hombre, o a su hijo tras las rejas por un crimen que es

culpable de perder su libertad.

Es sabido que el dolor es cruel que se encuentra escondido y agazapado

listo para hacerse de nuestro cuerpo o de nuestra alma y en un instante

dominarnos con su crueldad.

Lo arrastramos como cadenas del presidiario y cuando tenemos dulces

pensamientos tememos perderlos ante la presencia del infame dolor.

Quisiera hablarte de cosas gratas pero en mi pecho está clavada la flecha

del dolor, que como si fuera parte de mi cuerpo, es el recuerdo que tu al

partir dejaste como una banderilla para que no pueda olvidarte.

Arrastrando un ancla, arrastrando cadenas, arrastrando dolores; así es mi

vida mientras mi mente se consume viendo tu imagen que día a día se

presenta en mi existir como un cicatriz imborrable.

¿Cuánto podré resistir? ¡Nadie puede decirlo!

Pero si puedo asegurarte que el dolor despierta sentimientos mientras la

alegría pasa a nuestro lado y sin darnos cuenta de su valor dejamos que se aleje sin hacer nada para retenerla.

Cuida cuando la alegría llega a tu vida porque ella es esquiva y difícil de

encontrar y ante el menor signo de tristeza huye sin más.

Mario Beer-Sheva


“Cuando el amor muere, sigue doliendo” José Narosky.-




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