viernes, 2 de febrero de 2018

**Rojizo**






El sol de la mañana reflejaba en su pelo rojo, en el lomo, más claro

en sus flancos, y terminaba con un  rosa pálido en sus patas traseras

y delanteras.

Un rojo en degradé; como tintura aplicada sin saber como ni porque.

Su nombre: Lobo Rojo; un animal joven de solo tres años de 30 a 35

kilos dentadura completa, fuerte y firme, sus ojos de tono amarillo que

no dejaban de vigilar, sus orejas erguidas como faros que escuchan al

peligro llegar y una mandíbula como una prensa lista a cerrar.

Rojizo lentamente por el risco, paso a paso, desciende hacia el valle en

busca del agua del fresco arroyo junto a los árboles que le darán reparo

del invierno que está a comenzar. Detrás de él dos cachorros en fila y

cerrando el desfile la joven hembra cuidando la retaguardia.

De pronto Rojizo se detiene; unos patos salvajes levantan vuelo del río,

sus ojos amarillentos observan con atención buscando el motivo que

asustó a los voladores.

Son dos hombres; dos peligros, dos enemigos, con los cual tendrá que

enfrentarse y así a su familia proteger. Un apagado ruido de su garganta

avisa a su hembra que detenga su marcha conteniendo a los lobeznos

hasta salvar el peligro. Los dos hombres llevan en banderola sus armas

que hieren, matan y abren heridas donde la sangre fluye.

 Rojizo, del alto risco, afirma sus patas y flexionando sus traseras se alista

para el ataque. Como una flecha se lanza sobre uno de ellos que sin atinar

a nada recibe el mordisco en la yugular y bañado en sangre muere sin nada por hacer. Después a su compañero le clava los colmillos en su ingle

y con gran dolor el hombre muere bañado en la sangre de su mismo  cuerpo. ¡Las armas de nada le sirvieron!

El peligro a desaparecido; Rojizo enguada su boca en el fresco arroyo y

levantando su cabeza, de su garganta ruge un largo aullido avisando a su  hembra de su victoria para que ella y sus cachorros continúen el camino

al valle que será el refugio que los aguarda.

Rojizo es joven pero sabio durante tres años vivió en el peligro huyendo del cazador que mata por matar sin hambre ni razón.

Un pensamiento que pasa por su mente: A mis cachorros como lección debo contar y nunca deberán olvidar:

¡No teman al hombre armado que cree que el arma los libra de todo mal!

Mario Beer-Sheva


“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos” Martín Luther King.-






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