domingo, 4 de enero de 2015

**Utopía**



Los primeros manchones de claridad anunciaban un nuevo
amanecer. La noche se iba retirando junto con las estrellas
que cerraban sus ojos hasta un nuevo anochecer.
Nosotros, acostados en una manta bajo los árboles sobre el
césped, gozábamos con el recuerdo de una noche de amor.
Mi amada dormía y yo embelezado la miraba pensando en mi
suerte; el tener una amante joven, bonita y casada y ahora mía.
Su marido peleando en otro país, que no era su país, por una
utopía de un mundo de paz de justicia e igualdad para todos:
eso decía.
Desperté a mi amante con besos para hacerle recordar que en
su casa la esperaban dos hijos que ella tenía.
Nos levantamos, arreglamos nuestra ropa, nos pusimos en marcha
y a su casa la llevé.
En la puerta nos esperaba el cartero con un telegrama informando
lo peor. Su marido había muerto por una utopía con la cual soñó.
Un hombre había muerto soñando para un mundo mejor, para sus
hijos, mientras mi amante y yo traicionábamos sus ideales.
De rodillas caí al suelo, sin animarme mirar al cielo y sin hablar me
arrastré a mi guarida.
Mario Beer-Sheva

“El médico que no entiende almas no entenderá cuerpos” José Narosky.-  

No hay comentarios:

Publicar un comentario