**El Silencio Es Mi
Testigo**
Rescato del silencio su
falta de palabras que escucha atentamente sin interrumpir; sin comentar sin
preguntar sin juzgar y con el mayor respeto
el silencio es testigo de
mis noches, sin sueño, mirando la luna como rezándole
a ella. Y pensando en ti
de mis días donde las nubes tapaban al sol trayendo
la falta de alegría de
optimismo y el mayor pesimismo se hacía muy duro
navegar en la vida
cotidiana.
Como testigo tengo el
silencio; él sabe de mis pesares de mis sueños sin futuro
de mis juramentos, que con
el mayor desconsuelo, no pude cumplir. De negar
lo inevitable, de mis
lágrimas perdidas. De verte de lejos acompañada de tu familia mientras la
congoja inundaba mi pecho y con gritos de silencio me
quise quitar la vida.
¡El silencio me lo
impidió!
Creo en el silencio que me
escucha con atención y en los días de mayor tristeza
es mi compañero de toda
ocasión creo en él porque comparte mis pesares y
así lo ha demostrado
guardando silencio respetando mis dolores mis angustias
mis pesares.
El silencio es mi testigo
y por eso lo respeto y es así que recurro a él buscando el consuelo a un amor
perdido en los avatares de mi vida y que aún perdura en
mi pecho como si fuera el
tierno corazón de la adolescencia.
La adolescencia se ha marchado
envuelto en los años y hoy en la vejez junto con el silencio lo rescato en la
memoria de un amor que no pudo ser.
Fue testigo del comienzo
del amor y de la herida que quedó.
El silencio es mi testigo.
¡El podrá hablar por mí!
Mario Beer-Sheva
“Dicen que el hombre no es
hombre mientras no oye su nombre de labios
de una mujer” Antonio
Machado.-
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