Con mis manos, tapé mi boca, que de mi garganta, salga el sonido, cuando esa tarde te vi con él. Tu risa, estridente y burlona, lastimó mi alma.
¿ Creias hacerme creer que eres feliz ?
Tus ojos te traicionaron, eran ojos tristes, brillosos y resignados, por el hombre que tus padres te obligaron y que tu, mansamente, no supiste pelear por tu verdadero amor.
¡ Te tuve lástima, créeme, tu rostro me dio congoja !
Corrí a mi cuarto y lloré, lloré por ti y lloré por mi. Fuimos tan dichosos, nos amamos con tanto cariño, con tantos proyectos, con tantas iluciones. Y de pronto, con gran dolor, me doy cuenta, que no sabes defender a tu verdadero amor.
¿ Crees tu, acaso, que tus padres, como en el siglo pasado, pueden indicarte, a quien debes amar y a quien no ?
No, amada mía, esa época ya pasó. El amor actual es rebelde, independiente, su sangre le ordena como debe actuar. Y tu, como mujer, debes escuchar, con atención, la voz que canta del corazón.
¡ Defiende el amor, como la hembra a sus cachorros !
El amor, será tu familia, de tu familia cachorros tendrás, tanto uno como el otro será la meta de tu vivir, debes aprender a defenderlos, en caso contrario, no tendrás para que vivir.
¿ Volver a mi lado ?
¡ Primero aprende a ser mujer !
Mario Beer-Sheva
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