No quiero que la gente me mire, en mi rostro, se nota la verguenza de haber sido, engañado nuevamente, por la misma mujer. Por ella perdí mi honor, mi familia, mi trabajo, mis amigos y hasta el mismo Di-s.
Nada me queda, ella se fue y se llevó mi amor, me ha quedado un dolor en el pecho, que hasta la muerte sabré de él.
¿ Acaso esto es vivir ? ¡ No, no es vivir, soy un muerto en vida, eso es lo que soy !
La amé con locura, cuando la vi por primera vez y a los pocos meses, se fue con otro hombre *que la quería de verdad* y yo, me quedé con mi tristeza, masticando bronca, rezando maldiciones, hasta que un día volvió. Y en mi locura, la dejé entrar y la perdoné sin preguntar...
Y hoy, quiero confesarles la verdad: ¡ está preparando sus valijas, para nuevamente
partir ! Tiene un nuevo amor *más joven e instruido, que verdaderamente, la hará feliz*.
Le rogé que se quede, apenas me escuchó. La acompañé a la puerta, donde un taxi ya estaba, para llevarla a su nuevo amor.
Le supliqué que no se valla, que sin ella no podría vivir y así de ella me despedí:
Te vas y te llevas todo, sin ti no puedo vivir. ¡ Llévame contigo !
¡ Me metí el arma en la boca !
Y con ella me fui.
Mario Beer-Sheva
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