Mi oficio es escribir, poemas, pensamientos, coplas, contar aventuras, reales o no, deseos, que muchos de ellos quedarón en el papel. Tengo mi público, que me sigue y
ama este tipo de cultura.
Hasta hace pocos meses, escribía sobre el amor y el desamor, sobre el vivir y el morir, sobre la fidelidad y el engaño, sobre la amistad y la traición. Hasta ese momento, mis escritos no estaban dirigidos a una persona. Los escribía para mis lectores, con buenos resultados.
Y un día, a mis manos llegaron, algunos versos, dictados por el alma y firmados por una, mujer desconocida, que ofrecía su vida en cada una de sus palabras.
¡ Me encandiló, me enamoré, perdí la huella de la razón !
Cada uno de mis versos, están dedicados a ella, no lo puedo evitar. ¡ Mujer, que no he visto tu rostro y tu pluma, como una varita mágica, me encandiló !
Hoy, los versos que escribo, te los escribo a ti. Tu eres mi inspiración, tu acompañas mis desvelos, tu encuentras la rima, para el sentido de mi escribir.
Soy esclavo tuyo, sin conocerte, pero conosco tus gustos y escribo para ti.
¡ Soy el esclavo más feliz, que en la tierra debe haber !
Con tal que tu me leas, ya estoy contento, mi bien.
Mario Beer-Sheva
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