miércoles, 11 de agosto de 2010

No Son Nuestros


Querida amiga, lamento enviarte estas líneas, pero tengo la necesidad de confiarte mi enfermedad, que acortará mi vida.
Tu sabes bien, colega, que hay un virus, para algunos, peste, para otros o sencillamente llamado *la maldición del poeta*. Este mal se pruduce, en el momento que nuestros poemas, toman el control sobre nosotros y quieren la independencia. Piden la libertad, que es volar del nido que los vio nacer, quieren dejarnos, abandonarnos, independizarse de nosotros, sus creadores.
Poetiza, figúrate tu , vivir ignorando el destino que esos poemas, que fueron testigos de tantas penurias, hasta que salieron a la luz. Me pregunto: ¿ Ellos saben
las privaciones que hemos pasado, los sacrificios que hemos cumplido, las horas con los ojos en el reloj, hasta escuchar el llanto, de ellos al nacer ?
Y hoy, criados ya, famosos en la literatura, exigen levantar el vuelo hacia el cielo y la fama, con
aire triunfal.
Te pregunto, trovadora, quiero conocer tu opinión. ¿ Acaso, mansamente, debemos abrir nuestras manos y ayudarlos, en el impulso inicial, y mirar como levantan vuelo, nuestras creaciones, nuestros desvelos hasta perderse, en la infinidad.
Y esto trae a mi memoria, las palabras del poeta cuando dijo:* ¡ Nuestros hijos, no son nuestros hijos, son hijas e hijos de la vida !*
Y nosotros deberemos agregar: ¡ Nuestros escritos, son del mundo y al mundo deberán llegar, porque en cada uno de nuestros poemas, late nuestro corazón !

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