En La Viña de Los Recuerdos

Escribir con lluvia, escribir con sol, de día o de noche, no escribo de la misma manera, mis recuerdos no son los mismos y mi palabras,

en el papel, así lo hacen ver.

En mis tiempos felices y joven, además,, mi escritura era optimista, sin temor, con mucha valentía, afrontaba a la vida, sin dar ni pedir perdón.

Siempre listo, de tomar una guitarra y cantarle algunas estrofas, a la dueña de mi amor, con el vino iba entonando y evitaba desafinar, amaba sin tiempo ni medida.

¿ Que apuro había, en la viña del Señor ?

Y al amanecer, yo me dormía, ni los pájaros con sus trinos, podian despertar a este ruiseñor.

Ya siendo medio día, los ojos me respondían, curioso buscaba a mi amante, de la noche que pasó. Ella se había ido, sin problema el trovador.

¿ Acaso, no había otras, en la viña del Señor ?

Y antes, que baje el sol y antes que la luna asome, ya estaba en la calle buscando un nuevo amor.

Los años han pasado, muy rápido, por favor. Hoy para escribir necesito días, de sol, días, sin noches, días, sin lluvia y si es posible, que en el aire se sienta el olor a la primavera. Y así puedo entrar en la viña de los recuerdos y elegir los más agradables, para llevarlos al papel y apurado escribirlos y un secreto les diré:

¡ Queda pocos recuerdos, en la viña del Señor !