¡ Lo recuerdo, día y noche, lo recuerdo ! Lo llevo clavado en mi corazón y en cada movimiento, el dolor me lo hace recordar.
Quisiera olvidarlo, como si nunca hubiera pasado, la noche que de ti me enamoré.
¿ Tu sabes si hay alguna forma de olvidarlo ? ¡ Si lo sabes, ayúdame. !
No te conocía, sabía de ti, en la famillia te nombraban, muy pronto te conocí.
Al entrar al salón eras el blanco de las miradas, el murmullo de los hombres, el suspiro de las mujeres. Tu blanco y vaporosa, vestido, dio mucho que hablar, tu figura, joven y esbelta, recibieron las miradas de los invitados, que dejaron sus bocadillos y sus copas, para aplaudirte al llegar.
Mis manos no te aplaudieron, estaban congeladas, en la emoción, no tenía palabras, estaba
tieso, me faltaba el aire. ¿ Esto es un sueño o es real ?
Durante la noche no paré de mirarte, en un momento nuestro ojos se encontraron, te tomé en
mis brazos y comenzamos a danzar.
Tu palma en mi palma, unidas para el placer de los dos, tus labios, a gritos, pedían con urgencia
besos de amor, el aroma de tu perfume, embriagó mi corazón, te abandoné y corrí a la calle,
buscando un consuelo, que en un bar encontré. Y, copas después, comencé a razonar. Fue una
trampa de la vida, que nos marcó a los dos y hoy, después de algunos años, que eres mi amante, lo he vuelto a recordar.
¡ Amado mío ! Deja de pensar, soy tuya desde la noche que vestía de blanco y tu eres mi amante.
¡ Nunca fuiste mi cuñado ! ¡ Lo sabes bien !
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