Quiero pedirte que me concedas, un solo deseo. ¡ No quiero matar !
Ätame los brazos, paralízame los puños, que mis ojos no vean lo que mi
mente intuye. Que su olor, de mujer usada, no llegue a mi olfato, pero
sálvame de matar, esta mujer que se merece la muerte.
Adormece mi bronca, mi rabia, la humillación que he pasado, la quiero
olvidar, como si nunca haya existido, como si fuera un sueño, que no fue
real, como una pesadilla, que al despertar uno olvidó. Y vuelve a tener un
día de esperanza y de amor.
Quiero pedirte que me concedas, un solo deseo. ¡ No quiero matar !
Y que te veas obligado a castigarme por semejante mal. quiero decirte que ella se lo merece, pero dame la oportunidad de olvidarla y disfrutar de mi libertad. ¡ De mi libertad, que es tan hermosa como un jardín, donde descubro el primer pimpollo primaveral !
Quiero pedirte que me concedas, un solo deseo. ¡ No quiero matar!
Tu has echo el mundo con cosas tan hermosas, para apreciarlas en libertad y ninguna mujer vale la pena, perder la ocasión de disfrutar.
¡ Perder un amanecer ! ¡ Ver la puesta del sol, que caiga con la tarde ! ¡ Ver unos enamorados, besarse con pación y como tontos reírse sin motivo y haciendo planes de amor ! ¡ Una pareja de ancianos, tomados de la mano, recorriendo un camino que sólo ellos ven !
¡ Un solo deseo, aléjala de mi vida ! ¡ No quiero matarla !
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