Toma nota, puede ser que te sirva; en la calle camina con la cabeza en alto, la frente despejada,
tus ojos mirando en profundidad y una sonrisa en tus labios, tendrás presente, como limosna para un pobre. Saluda a conocidos y a los que querrás conocer; que la gente, a tu paso sepa, que eres feliz.
Que la vida te sonríe, que estás viva y tienes dueño, dueño que te ama, que te quiere, que te hace feliz. Que te ha hecho promesas, que cumplidas están, que te espera a la salida de tu trabajo y tomados del brazo van camino al edén.
¡ Cuidado cuando besas ! Hazlo despacio y con gran placer, tus brazos que rodeen los hombros de tu amado, acaricia su nuca, tus manos que,
suavemente, se posan en su piel, tu cuerpo que coquetee con su cuerpo y
tus palabras se derritan en sus oídos, ya que son palabrtas de amor.
¡ Cuidado cuando besas ! Besa lentamente, con profundidad, no te apures
despegar tus labios de los de él. Le estás entregando el aire por el cual el
vive y te hace vivir.
Bésalo cuando te lo pida o cuando tu tengas necesidad de ser besada; no
importa el lugar, demostrar la felicidad es deber de todo hombre o mujer.
Que el amor sea un contagio, pegadizo, pegajoso, un contagio, imposible de curar.
Y cuando alguien, curiosos siempre hay, te pregunten que te pasa, puedes contestarle:
¡ Soy, nada menos, que una mujer enamorada !
Mario Beer-Sheva
Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre.
Anónimo.-
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