Deja todo y ámame, no pienses en el mañana, que aún no llegó, ámame con tu cuerpo y con tus sentidos, antes que llegue el amanecer.
Odio los primeros rayos del sol, que se filtra por las persianas, porque ellas indican, que el día está por llegar y cuando el día llega, tu desapareces, de mis brazos, que quedan desolados, preguntándose cuando regresaras...
Nuestro amor prohibido, nuestras citas furtivas, nuestras mentiras, algún día terminarán y cuando eso ocurra, nuestros corazones quedarán desolados, heridos, aislados, como una tormenta en alta mar;nuestras familias conocerán nuestro pecado, que fue amarnos y que hemos concebido sin medir la realidad...
La única realidad que conocemos, es nuestro profundo amor, que no lo buscamos, pero al encontrarlo, no pudimos dejar atrás;comenzó como una pasión, se transformó en un idilio y en unos pasos, nos embargó los sentimientos y el corazón. Entramos en un estado, de no pensar, de olvidarnos de todo, sólo nosotros existíamos y olvidamos lo demás...
La luna aún brillaba en lo alto, el día no ha llegado, la noche es nuestra;
aprovechemos a que muestros cuerpos pueden amarse antes de la llegada del sol. Somos pecadores, dejemos todo y sigamos pecando, en nombre de nuestro amor...
Si amar es un pecado. Tu nos enseñaste a pecar.
¡ Gracias Señor !
Mario Beer-Sheva
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