Esta noche, amigos, será una noche diferente no compartiré vuestra mesa, prefiero otra que está en un rincón del bar, sin vidrieras, no quiero ver a la gente pasar, no quiero ver las caras y que ellos me vean a mi.
Mis ojos, nublados por la pena, están fijos en el fondo de la copa, esperando la bebida, que vuelva a llenarla y que yo, volveré, a vaciar.
La ira congeló mi corazón, la sangre sufre de rencor y como una daga, clavada en mi pecho, sufro la pena, la angustia, el dolor.
El dolor que es la realidad de pagar por el error de haberme enamorado de una mujer, que no debió ser.
Amigos; hoy los extrañaré, pero no quiero que me vean con las manos temblando, los ojos llorosos, la voz suplicando y contando, una y otra vez,
el sufrimiento de haberme enamorado, por primera vez y viviendo el castigo, que pasando estoy.
El amor a una mujer; que le entregué junto a mi alma, con la inocencia que nace de la primera vez, que no conoce la traición, las lágrimas, de un
hombre enamorado.
Amigos, esta noche no me esperen, en la mesa del café, algo muy importante debo hacer; emborracharme hasta calmar mi dolor y mañana saldre a buscar otro amor.
No teman, no volverá a suceder, mi ira y mi rencor tienen experiencia suficiente para encarar otro querer.
¡ Experiencia, conocimiento, me librarán del mal !
Mario Beer-Sheva
No compares tu vida con la de otros. No tienes idea de como es
su travesía.
Anónimo.-
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