Y regreso a tus brazos, que otros brazos me engañaron y yo, tontamente buscando brazos nuevos, juveniles, tiernos y con aroma tentador.
Si es necesario regresaré arrastrándome hasta llegar a ti y espero, confío, que me recibas, nuevamente, en ellos.
La juventud ilusionó mi mente olvidando mi juventud pasada y como en un sueño, de quimera, corrí tras de ella; pero sus brazos no abrazaban, no
consolaban mis noches tristes, no festejaban mis noches alegres. Fueron
abrazos sin experiencia; sus besos no tenían el sabor, de los tuyos, el sabor
de la miel; su piel nueva y cuidada no aplacaba mis ansias de amor y las
noches se transformaron en pesadillas y arrepentimientos, pensando en ti.
Regreso a tus brazos que nunca debería haber abandonado, a tus brazos que estrechaban mi cuerpo que tan bien conocías, tus brazos que calmaban mis ansias, brazos que nunca olvidaré.
Espero tu perdón, amada mía, juro que nunca volverá a pasar; fue un error y del error he aprendido, para no olvidar, que somos dos cuerpos, para vivir y uno sólo para amar.
¡ Estamos unidos, por un cordón, de amor !
Mario Beer-Sheva
" No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar
de acuerdo "
Anónimo
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