Estas líneas son un pedido de auxilio, de ayuda; en la
búsqueda de una mano piadosa, extendida, buscando mi mano, para quitar el peligro de mi camino. Quiero vivir, quiero ser feliz, quiero transmitir y compartir, pequeñas alegrias, que la vida nos suele permitir...
No quiero pensar en el terror de la muerte, en el final, en desaparecer, en volver al polvo de la tierra seca. Quiero esperar la próxima primavera y ya soñar con los frescos aromas, de nuevos jardines, de nuevas flores, de ver los gorriones buscando su futuro nido y a los enamorados, tomados de la mano, buscando un solitario y con un beso sellar un nuevo amor...
Quiero ser parte de la vida, espectador en la vejez y que la muerte, sin
apuro y silenciosamente, me indique que ya es hora de partir, partiré con una sonrisa, en los labios, sabiendo que he vivido, dejando a mis pasos escritos, para leer y comentar y no olvidar que por el mundo pasé...
Pero para cumplir con este sueño, debo pedir socorro para salir de esta angustia, que como una neblina a cubierto mi razón y helado mi corazón,
amordazada mi alma que sólo piensa en la muerte para olvidarla y quitarla de mi mente, buscando la libertad, en los brazos del más allá...
Estoy dispuesto a luchar, la felicidad, también es una lucha, se lucha por buscarla y se lucha por mantenerla; y después, mucho después, se goza por tenerla.
Lucharé, todos los días y en cada lugar y en la vejez, gozaré de ella...
¡ Eso es lo que haré !
Mario Beer-Sheva
como siempre Poeta nos anegas el alma con la sublime esencia y sensibilidad que emanan tus letras, un besin muy muy grande de esta asturiana que te da inmensas gracias por concedernos el honor de deleitarnos con ellas.
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